miércoles, 19 de febrero de 2014


Un día de guardia. Y justamente, día de semana. Que más podía pedir si no te vi en todo el día que verte por la noche.

Mirar juntos la tv en la oficina donde trabajas, charlar, mirarnos y sonreírnos, acercarnos y 
mirar nuestras bocas con ganas de mordernos los labios.

Me confesaste que te vuelvo loco. Que desde el primer día te confundo.
Me pediste una solución. No sabia como ayudarte. 

¿Qué tema, no?

Aunque de todo lo que me dijiste, te creí muy poco. Pero me gustas.

No me importaba nada... solo te dije que te me acercaras y nos comimos a besos. 
Cerraste la puerta. 
Con llave. 
Fué algo más que un beso. 
Me comenzaste a tocar y yo a ti. 

Sacaste tu parte íntima para que te la acaricie... parecías estar con todas las ganas. 
No era el momento. 
No me entregaría a ti el primer día. 
No, no lo haría.
Besos y caricias con algo mas. Quisiste que actuara con mi boca.  NO.
Te quedarías con las ganas para mas adelante. 

Debía volver a mi guardia.
Cuando quise salir, no podías abrir. Que problema. 
Si nos encontraban solos, encerrados, nos sancionarían. Llamaste a alguien de confianza, según vos, mientras yo me escondía. Le pasaste la llave para que te abriera porque la puerta solo abre del lado de afuera. Abrió la puerta y quedamos nuevamente los dos solos. 

Me metí un chicle en la boca. Querías uno.
Intentabas sacármelo de la boca, pero no seria tan desagradable. Te di otro nuevo.

Me preguntaste que haríamos ahora y solo te respondí: 
"mañana nuevo día, vida nueva"

Simple.

Te di un beso de despedida, y antes de irme preguntaste si había sido tu amante y solo me reí.

Me fui intentando disimular la situación sospechosa
Al fin me saque las ganas. Sos muy lindo. Pero puedo ser peor que ti. 

INFIEL, es lo que me encanta ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario