sábado, 25 de enero de 2014


Fué una tarde hermosa. Te busque en tu casa. Te saludé, pero con un suave beso en tu mejilla.
Quedaste sorprendido. Esperabas que lo hiciera de otra forma.
Te me acercaste y mientras yo estaba sentada pusiste tu cara sobre mi hombro preguntandome si podia sacar una foto en ese instante.
Te lo afirme, pero no lo haría. Aunque moria de ganas de hacerlo para tener un recuerdo tuyo. 
Uno más de los tantos que tengo.
Luego te tiraste en tu cama. A propósito. Fui a levantarte. Me tiraste encima tuyo. Nos besamos. Tus manos pasaron por mis pechos. Me los besaste.
Preguntaste si habia tiempo para algo más. Te respondi que si. Lo pensaste y preferiste que hagamos lo que teniamos planeado: ir al cine.
El tema sería salir de tu casa. ¿Cómo lo haríamos? ¿De la mano?
NO. Lamentablemente asi no fué.
Creo que no querias problemas. Y acepte tu decisión. Lo soporte.
Llegamos al cine y vimos la pelicula "Frozen". Luego cenamos.
Te di dos opciones: tomar el colectivo para que te vayas a tu casa o ir al lugar que yo queria. 
Sin pensarlo optaste por la segunda opción.
Fuimos al mirador... las estrellas, la luna acompañaban a la situación. 
Me preguntaste si tenia que hablar contigo. Respondi ¿sobre qué? 
Un silencio nos envolvió a los dos.
Me besabas la frente. Y sólo me peguntabas que haríamos luego. 
Volví a darte dos opciones: acompañarte a tomar el colectivo y dejarte ir solo o llevarte hasta tu casa.
Tu respuesta pareció muy sincera: "No me gusta viajar solo". 
¿Entonces?, dije yo.
Entonces "no me gusta viajar solo" volviste a pronunciar.
Te entendí. Nos levantamos y comenzamos a caminar para tomar el colectivo. 
Lo esperabamos. Mientras tanto, peleabamos, nos besabamos, nos abrazabamos y hablabamos. MUCHO.
Sabiamos que sería la última vez que nos veríamos. 
Eso me mataba por dentro.
Tomamos el micro. Se apagaron las luces. 
Te dije que dormiría pero lo terminaste haciendo tu.
Pero antes... me recoste sobre tu cuerpo. Aprovechaste la situación: mi cartera tapaba tu mano que se metia por mi pantalón para masajear mis partes intimas mientras nos besabamos con desesperación. ¡¡¡Qué placer!!!
Mi cara decia todo. Que bueno que sos con tus manos. Cuánto las extraño.
Ya estaba en transe. 
No seguiste porque acabaría alli y no quedaria nada para cuando llegaramos a tu casa.
Te desperté. Bajamos del colectivo, caminamos y llegamos a tu casa. 
Abriste la puerta y me comiste la boca.
Enseguida quedaste en boxer y te acostaste. 
Fui al baño y cuando sali, te vi tirado en la cama. Fui hasta alli, me saque las sandalias y me acoste con ropa. Luego me saque la musculosa y el pantalón. 
Me miraste y me diste la espalda. Yo también a ti. Me empezaste a mover. 
Te dije que durmieras. 
No lo hiciste.
Te comence a besar, te volteaste y quedaste boca arriba. 
Estaba segura que comenzaría la acción.
ASÍ FUE.
Empeze a besar tu cuerpo hasta llegar a la parte que más te gusta. Te sacaste el boxer y desabrochaste mi corpiño. 
El placer que sentías. Era mágico. Me sacaste mi culotte.
Me besaste y dijiste que me diera vuelta asi vos también podrías pasar tu lengua por mi vagina.
Lo hice, vos con tu lengua y yo con la mía. La posición del 69. 
Qué hermoso se sintió eso.
Luego de un rato tu cara miraba mi espalda y yo encima tuyo comenzamos a hacer el amor. 
Con delicadesa.
Como me gusta estar con vos. Eso fué lo que dijiste. 
No entendías qué tenía yo para hacerte exitar tanto.
Me di vuelta, seguia encima tuyo pero ahora mis pechos pasaban por tu boca. 
Seguiamos haciéndolo.
Qué mágico que se sentia.
Mis pechos te encantan. Éso fué lo que dijiste. No te cansabas de tocarlos y besarlos.
Me encanta verte haciendolo. Pareces una criatura.
También pasaron por tu pene... Morias por hacerlo.
En un momento empezamos a darnos muy duro. Y lo gozaba porque tu bendita mano tocaba mi vagina.
En un momento lo sentí. Estabamos muy locos. Habias hecho la macana que tanto te prohibia noches anteriores. Que lindo se sintio que terminaras adentro.
Descansamos un rato y luego otra vez. Yo estaba loca, queria aprovechar la última noche.
Hasta que nos dormimos. 
A las 10.30 hs sonó el despertador de mi celular. 
Me miraste y dijste: "Buen día".
¡¡¡Ay que lindo se siente eso mi amor!!!
Y comencé a tocarte tu pene. Te calentaste, y otra vez utilize mi boca que tanto te exita.
Mientras haciamos el amor me preguntaste qué me pasaba que estaba tan insaciable. 
Sólo respondí: "es que te extrañaré".
Me preguntaste qué extrañaría y te mire y comenzamos a hacerlo más fuerte. Sí, eso extrañaría. Hacer el amor tan apasionadamente.
Luego me levante, me cambie y mire por dónde vendría el colectivo. Me recoste un rato para hacer tiempo y luego te dije que me iría, que me abrieras la puerta. 
Te costo levantarte, pensaste que me quedaría a tomar unos mates. Pero no podía.
Me abriste la puerta y te dije: "tengo el presentimiento que el sábado te volveré a ver". 
Me miraste y respondiste que no sería lo conveniente. Enseguida pregunté por qué. 
Y volviste a responder lo mismo.
Quedé sorprendida. Me dijiste que tenga mucha suerte, me besaste y abriste la puerta.
Que raro. No esperaba una despedida así. Pero lo fue.
Camine y tome el micro para volver a casa.
Segui mi vida, como siempre. Aunque esperaba un mensaje tuyo.
Y a la noche lo recibí. No querías verme más. Pensaste que me habia enamorado de ti. Y tu sólo querias un pasatiempo conmigo.
Y no te equivocaste. Le acertaste y mucho.
Me gustas, pero sé que contigo no puedo tener nada serio. Eres un jóven muy liberal. 
Creo que me enfermaria contigo.
Que vida loca, no? 
Fué lindo mientras duró, 
 de eso no tengo duda.

Y ojalá algún día nos volvamos a ver...
¿Qué será de nuestras vidas, no? Que sea lo que Dios quiera.
Gracias por cada noche hermosa que pasé junto a ti. 

Dario O. Tú fuiste mi experiencia de verano. 

Un amor de verano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario